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EL MAL DEL MUNDO. Romanos 3.



Si un médico dice con tono excitado: descubrí la vacuna para la fiebre tibetana, vengan y hagan una fila para inyectarlos rápidamente, ¿Cuántos se acercarían?
Para que su descubrimiento  nos impresione lo suficiente como para querer ser vacunados, él tendría que demostrar primeramente el terrible peligro que ese virus desconocido signifique.
Pablo trataba de hacer su mejor esfuerzo para convencer a los romanos de que él tenía la cura para los terribles males de la humanidad, pero para esto era necesario primero convencerlos de que estaban enfermos, de lo contrario nunca aceptarían esa cura, y si la llagaban a aceptar no lo iban hacer con anhelo, con amor. Una persona que recibe un medicamento pensando que no está enfermo no la tomar con ganas, y sobre todo nunca va a sentir agradecimiento por dicho medicamento.

Pablo empieza a mostrarles primero los síntomas de esa terrible enfermedad. V 10-18 “Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
3:11  No hay quien entienda. 
No hay quien busque a Dios.
3:12  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; 
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
3:13  Sepulcro abierto es su garganta; 
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 
3:14  Su boca está llena de maldición y de amargura.
3:15  Sus pies se apresuran para derramar sangre; 
3:16  Quebranto y desventura hay en sus caminos; 
3:17  Y no conocieron camino de paz.
3:18  No hay temor de Dios delante de sus ojos
” hoy vemos destrucción, crímenes, familias divididas, pobreza extrema, etc.
Y ahora les muestra la enfermedad: el Pecado. V 23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Dios no hizo al hombre para que viviera mal, para que sufriera, Dios hizo al hombre para que viviera feliz, para que poblara la tierra con familias felices, pero si salimos a la calle o miramos la televisión encontramos un panorama totalmente diferente, y aterrador. El motivo, todos somos pecadores. Y estamos condenados, y lo peor es que nada podemos hacer nosotros para cambiar esta situación, en nuestras fuerzas nada podemos hacer
Pecado no es la drogadicción, Pecado es alejarse de Dios, la drogadicción, la prostitución, etc. y todos los demás males que aquejan a la humanidad, tan solo son las consecuencias de estar destituidos de la gracia de Dios, cuando alguien no está con Cristo todos los males le empiezan a llegar.
Pero como es que el hombre llego hacer pecador, ¿cuándo lo hicimos?, pablo les explica que fue a través del primer hombre Adán. 5: 12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” de Adán para acá todos nacemos con pecado, somos considerados culpables, haga de cuenta que un hombre es delincuente y es condenado a dos años de cárcel, y que cada hijo que le nace también tiene que pagar esa  condena, de esa misma forma estábamos con relación a nuestro padre Adán, el peco fue destituido de la gracia de Dios y juntamente con el todos nosotros,
Pero Pablo les da una gran noticia el tiene la cura, a ese terrible mal, ya conociendo la enfermedad sería más fácil que los romanos recibieran con ansia y amor esa vacuna. 5: 21 “para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Jesucristo se convierte en la única solución, en la única cura para la humanidad,
Pero como seria que Jesucristo se convertiría en ese remedio tan anhelado, el antídoto seria su sangre, solo a través de ella sería posible la salvación del mundo. 5: 8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Cristo tenía que morir para poner a nuestra disposición su sangre preciosa, que acto de amor tan maravilloso.
Éramos enemigos de Dios, pero Jesucristo a través de su muerte nos reconcilia, es decir volvemos en amistad con Dios. 5: 10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida
Conclusión. Si nosotros entendiéramos que ya estábamos condenados y que lo único que merecíamos era la muerte, y que Jesucristo nos amo tanto que acepto morir por nosotros para salvarnos, fuéramos las personas más agradecidas con él, en verdad no tenemos con qué pagarle lo que él hizo por nosotros.
Y su amor no termina ahí, el no solo nos hizo libres del pecado de Adán, sino que nos hace libres de todas las consecuencias del pecado, (drogadicción, alcoholismo, prostitución etc.) para que ahora seamos responsables de nuestros pecados, cuando venga Cristo no nos va a juzgar por lo que hizo Adán, nos juzgara por lo que hayamos hecho nosotros.