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Nadie es Profeta en su Tierra. Marcos 6.



Cuando estábamos en el mundo siempre escuchábamos estas palabras nadie es profeta en su tierra pero no sabíamos que estas palabras las dijo Jesús. V 4 “Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
A los seres humanos nos cuesta creer en aquellas personas que las vimos nacer o que por mucho tiempo compartieron con nosotros el problema es que nosotros somos seres que vivimos de apariencias por esta razón nos es más fácil creerle a las personas de afuera a quienes no conocemos.
Este prejuicio se lo vive en cualquier área de nuestra vida.

Consecuencias de no creer en lo nuestro.
1. No se ven buenos resultados ni en lo secular ni en lo espiritual. V 5 “Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.” a Jesús le era más fácil hacer milagros entre la gente desconocida que entre los suyos.
Para las personas que lo vieron crecer les era imposible aceptar que Jesús ya no era el mismo. Esto mismo pasa con notros, a nuestra familia o amigos les es imposible aceptar que Jesucristo ya nos hizo nuevas criaturas. 2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2. Genera Pobreza.
2.1. Pobreza económica. Muchas personas desprecian lo que se fabrica o lo que se produce en su región prefieren los productos de afuera. De esta forma hacen crecer la industria en otro lado mientras en su región no hay donde trabajar y sus hijos tienen crecer e irse a otro lado para no morirse de hambre.
2.2. Pobreza Intelectual. Preferimos aprender de otros que tal vez no están muy preparados y rechazamos la enseñanza de los nuestros que seguramente están más preparados. Esto ocurre en muchas iglesias cada vez que hay un invitado a predicar el templo se llena invitamos a todo el mundo pero cuando el invitado se va todo vuelve a la normalidad nadie se quiere congregar.
3. Causamos fuga de cerebros. Es decir las personas que son muy preparadas tienen que irse a servir a otro lado donde si los escuchan o los profesionales o muy hábiles se van a trabajar a las fábricas de otras ciudades las cuales más adelante les venden a la misma región que los desprecio.
Como hacer profetas en nuestra propia tierra.
1. No mires las apariencias. Muchas veces las paraciencias nos engañan. 1 Samuel 16: 7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
2. Ama lo tuyo. Tu iglesia, tu casa o tu ciudad. El avergonzarnos de lo nuestro es un prejuicio que debemos desechar de nuestra vida. Si la ciudad donde vives progresa tú también progresaras. Jeremías 29: 7 “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.
La inclinación del ser humano es a no ser profeta en su propia tierra pero esto puede cambiar si nos lo proponemos. Ama lo tuyo sin despreciar a los demás, de tu amor a lo propio depende el éxito de tu ciudad,  de tu familia y de tu vida.